Tecnología, inteligencia artificial y medio ambiente
“La innovación, el avance tecnológico y la competitividad no pueden estar por encima del respeto a los derechos humanos y al medio ambiente”, expresó tajante Walter Herrera, ingeniero electrónico, docente universitario y director del departamento de Electrónica de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca(UNCA).
Con treinta y cinco años en el ejercicio profesional, analiza que “el mundo está cambiando, con nuevos avances y formas de trabajo, que permiten tomar decisiones más rápidas y precisas en una variedad de campos, están surgiendo. La inteligencia artificial, la robótica y la automatización, por ejemplo. Son tecnologías que tendrán un impacto significativo en la sociedad y en la economía mundial”.
En ese escenario, resalta la importancia de la ingeniería en el desarrollo del país. Entiende que los ingenieros tienen “la capacidad de transformar las ideas en soluciones prácticas y llevarlas a la realidad”.
Apela a la responsabilidad profesional “para asegurarnos de que la inteligencia artificial se utilice de manera responsable, ética y segura, y que se aborden los riesgos y desafíos que plantea esta tecnología. Los nuevos graduados, tienen la oportunidad de ser líderes en este nuevo mundo tecnológico”.
“Como profesionales tienen una responsabilidad muy grande en la sociedad, poder transformar el mundo y mejorar la vida de muchos a través de su ejercicio profesional, ya sea en los diseños, proyectos, mantenimiento, inspecciones, etc.”, añadió.
Herrera, al profundizar sobre la responsabilidad profesional de los ingenieros y técnicos universitarios, sostuvo que “tenemos una tarea noble y exigente que requiere de un compromiso serio y honesto con la sociedad. Una disciplina que nos permite analizar, diseñar y construir los objetos y sistemas que conforman lo cotidiano y que nos permiten avanzar en todos los aspectos de la vida”.
Sin embargo, dejó en claro que “ser un buen profesional universitario de la ingeniería no solo implica ser experto en cálculo, matemáticas y ciencias, sino también tener un fuerte sentido ético y moral. Como ingenieros, debemos ser capaces de identificar los riesgos y tomar decisiones con fundamentos que minimicen los daños y maximicen los beneficios”.
“Nuestros proyectos no pueden ser sólo rentables y eficientes, sino también seguros y sostenibles”, recalcó. Por eso, considera que “en un mundo cada vez más complejo y competitivo, el trabajo de los ingenieros es fundamental para el desarrollo sostenible”.
Los desafíos de la región
Como docente manifiesta orgullo ser parte del camino educativo de los nuevos ingenieros. “Soy testigo del esfuerzo y compromiso de ellos para adquirir conocimientos y habilidades que les permitan enfrentar los desafíos que se presentan en este mundo en constante evolución y desarrollo tecnológico”, comenta.
“Sin dudas -acotó-, un gran momento en sus vidas, el final de una etapa y el comienzo de nuevas oportunidades. Pero también es un momento trascendental para Argentina, ya que los graduados de ingeniería son fundamentales para el desarrollo de cualquier país”.
En ese plano situó a nuestra región, al considerar que “enfrenta importantes desafíos en términos de desarrollo sostenible, crecimiento económico y competitividad en el mercado global». Por tal razón, cree necesario “contar con profesionales especializados que sean capaces de desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles para los problemas del presente y futuro”.
Acerca de la formación de los ingenieros, técnicos universitarios y posgraduados, opina que “debe ir más allá de las habilidades técnicas y debe incluir también la capacidad de trabajar en equipo, liderazgo, creatividad y pensamiento crítico. Es indispensable que la formación universitaria permita tener habilidades en el uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales”.
Soberanía educativa y mentes pragmáticas
Herrera, al pronunciarse a favor de la soberanía educativa, dijo que “en un mundo cada vez más globalizado y conectado, es fundamental que se respete la autonomía y la libertad de las instituciones educativas para definir sus programas de estudio, planes de formación y evaluación de estudiantes”.
“Es una defensa del derecho que tienen los países y las comunidades a diseñar y ejecutar sus políticas educativas según sus intereses, necesidades y objetivos. Esto implica que cada país puede definir su propio camino en cuanto a la formación de sus ciudadanos, buscando una educación de calidad que permita el desarrollo integral de las personas y la innovación tecnológica”, se explayó.
En ese sentido, calificó al conocimiento como “un bien preciado que debe ser resguardado y compartido para el bienestar de toda la sociedad”, destacando en este punto la importancia de las mentes pragmáticas, que se enfocan en la solución de problemas y en la aplicación práctica de los conocimientos.
Especifica que “a algunos les puede parecer simplemente una actitud y es en realidad un rasgo muy valorado en la comunidad científica, que nos permite no sólo comprender el mundo de una forma más amplia, sino también de resolver problemas y enfrentar desafíos cada vez más complejos”.
Felicita a los graduados de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la UNCA “por haber alcanzado este nivel de conocimiento y formación, formación académica integral que nos permite intervenir en sistemas que a menudo son muy complejos”, y los exhorta a “mantener esta perspectiva práctica y solucionadora de problemas, de modo que puedan seguir aplicando las habilidades que han adquirido en los desafíos del mundo real”.
“Es imperativo que los ingenieros y técnicos universitarios puedan comprender su alcance y aprovecharlos en distintas áreas y generar valor agregado. Ya que el campo de la ingeniería es especialmente importante en este nuevo mundo, entendiendo que somos los encargados de diseñar, desarrollar y mantener la tecnología necesaria para hacer realidad estas innovaciones”, concluye.