Inteligencia Artificial: Lo bueno, lo malo y lo feo

El impacto de la Inteligencia Artificial(IA) en la forma de vida y los valores de la sociedad depende de cómo se use y se regule esta tecnología. Puede aumentar la eficiencia y la practicidad en muchas actividades, pero también puede generar desigualdades en las medidas y decisiones  que adopten los gobiernos y afectar la privacidad de las personas.

El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó el pasado lunes una orden ejecutiva para controlar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y su aplicación en todos los sectores de la sociedad ante los riesgos que esta nueva tecnología plantea.

El experto en Ciencias de la Computación, docente e investigador de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca(UNCA), Hernán Ahumada define a la inteligencia artificial  como “un conjunto de técnicas informáticas que permiten a los dispositivos electrónicos y a los robots aprender a realizar tareas que antes solo podían hacer los humanos. Hoy la IA es capaz de leer, escribir, escuchar, ver y tomar decisiones en base a lo que detecta”.

A una de sus últimas disertaciones la tituló “IA: lo bueno, lo malo y lo feo”. para abordar “los diferentes aspectos de la inteligencia artificial, que puede tener beneficios, contras y aspectos éticamente cuestionables. Considero que ese título refleja la complejidad y ambigüedad de la IA y su impacto en la sociedad”, manifiesta para luego remarcar que “lo feo y éticamente cuestionable se produce cuando la IA se utiliza para manipular o engañar a las personas, para discriminar o para causar daño a otros”.

Ahumada, ubica los nuevos avances de la ciencia y la tecnología en la Cuarta Revolución Industrial, que comprende la integración de tecnologías emergentes y disruptivas como la robótica, la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la realidad virtual en los procesos de producción y servicios.

Los pro y contra

Entre los beneficios de la IA incluye la automatización de tareas repetitivas y peligrosas, la reducción del error humano y la capacidad de brindar respuestas luego de procesar grandes cantidades de datos históricos disponibles en internet.

En su contra ubica la posible amenaza para el empleo “porque como la IA automatiza tareas, existe la preocupación de que pueda reemplazar a los trabajadores humanos. Los despidos pueden ser una consecuencia no deseada de la automatización y la robótica en algunos sectores, pero también puede ser una oportunidad para que las personas se capaciten en nuevas habilidades y trabajos” 

Otra de las facetas negativas que advierte es “la manipulación de la opinión pública, un riesgo éticamente cuestionable de la IA, ya que puede ser utilizada para influir en la percepción de la realidad de las personas ya que puede ser utilizada para difundir información falsa o sesgada”.

En ese plano sitúa los ciberataques con inteligencia artificial, lo que califica como “una amenaza emergente que puede ser utilizada para llevar a cabo ataques más sofisticados y difíciles de detectar, con lo cual la seguridad de la información y del correcto funcionamiento de sistemas está en riesgo permanente”.

Al hacer referencia a la post verdad, manifiesta que “es detectada cuando una información falsa o engañosa se difunde masivamente y se acepta como verdadera sin cuestionamiento crítico”, de la misma manera que rotula a la deep fake como “una técnica de inteligencia artificial que permite crear videos o imágenes falsas que parecen reales, lo que puede ser utilizado para engañar o manipular a las personas”.

Uso ético y responsable

Ahumada, explica que “cuando se dice que la IA es una herramienta poderosa se refiere a su capacidad para mejorar la eficiencia y la productividad en muchos ámbitos, pero también puede ser utilizada para fines malintencionados”. En ese contexto, pone énfasis en que “el uso ético y responsable de la IA implica asegurarse de que su aplicación no cause daño a las personas o a la sociedad en general, y que se respeten los derechos y libertades individuales”.

Asimismo, sostiene que la educación y alfabetización en IA significa “la necesidad de que las personas comprendan los conceptos básicos de la inteligencia artificial y sus implicaciones en la sociedad, para poder tomar decisiones informadas y participar activamente en el debate público sobre su uso”.

En el balance, hace notar que la aplicación de la inteligencia artificial resulta “necesaria y eficaz en aspectos como la automatización de procesos productivos y la prestación de servicios, la toma de decisiones en tiempo real, la personalización de productos y servicios, la detección de fraudes y la optimización de recursos”.

“Con la IA tendremos de aquí en adelante una tecnología que nos ayude a realizar mejor y en menos tiempo muchas tareas laborales, de estudio, comerciales, de comunicación, de entretenimiento, etc.”, se explaya.

Considera que la inteligencia artificial ya forma parte de nuestra vida cotidiana en diversos aspectos. “Casi sin que nos demos cuenta, esta tecnología está presente en muchas de las tareas que realizamos a diario”, dice y cita como ejemplos los asistentes de voz disponibles en los celulares “que nos permiten buscar información o establecer recordatorios con solo hablar”.

Agrega que las aplicaciones de mapas recurren a la IA para proporcionar rutas óptimas y estimar el tiempo de viaje y las redes sociales para seleccionar y mostrar contenido personalizado a los usuarios. También se utiliza “en la recomendación de contenido personalizado en plataformas de streaming, como Spotify, Netflix y YouTube, lo que ayuda a los usuarios a encontrar canciones, películas y vídeos, añade”.

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