La visión de un experto en arquitectura urbana “La ciudad crece indefinidamente con periferias casi carentes de servicios”
“Hasta el presente la ciudad crece indefinidamente con numerosas obras e infraestructuras que consumen territorios para crear periferias anodinas casi carentes de identidad y de servicios, entre ellos el de transporte público que dio lugar al uso indiscriminado del automóvil particular y a otros medios de movilidad invasivos. Como también, al uso de la naturaleza concebida como recurso de artificio urbano de los espacios verdes públicos, generando una irrealidad social y ambiental, idealizada y excluyente”.
El concepto fue esgrimido por el arquitecto Ricardo Palacios, reconocido profesional del medio que actualmente se desempeña como director del departamento de la carrera de Arquitectura que se dicta en la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de Catamarca(UNCA).
Estas acciones sostenidas en el tiempo, en su opinión, han generado “estadios carentes de equidad social y ambiental con víctimas fatales por accidentes de tránsito, generalmente de los sectores empobrecidos, y ausencia de espacios públicos diseñados para incorporar la rica biodiversidad del Valle Central, como de los yacimientos arqueológicos aptos para el turismo científico cultural”.
“Esta modalidad de planificación funcionalista fue extendida a todas las ciudades y poblados del mencionado valle y del interior de la provincia con similares resultados caóticos; situaciones que ameritan una profunda reflexión sobre el sentido del hábitat y del habitar en el suelo catamarqueño considerando sus valores tangibles e intangibles”, analiza.
Palacios, entiende que en nuestra ciudad “el modelo fundacional de cuadrícula hispánica, en términos espaciales y sociales, con su delimitación perimetral de calles de ronda y contrarronda, luego bulevares, marcó un sentido del adentro y afuera del espacio propio del habitante calificado”.
“Se incorporó la concepción de ajenidad, tanto de los componentes naturales como de los actores sociales más desamparados, expulsados del centro para comenzar a construir las incipientes periferias”, añadió.
Puntualizó que “en la escala temporal, esta modalidad espacial persistente posicionó al hombre como centro excluyente del sitio formalmente habitado dejando de lado a los demás seres vivos del universo mineral, vegetal y animal. Con estas acciones se perdieron valiosos patrones naturales y especies, muchos desaparecidos, otros en vías de extinción”.
Dijo que “no obstante estas limitaciones, el modelo histórico supo capitalizar los aportes de las diferentes etapas de evolución de la ciudad hasta consolidarse como paradigma de integralidad urbanística, arquitectónica y paisajística que trascendió por su belleza y calidad ambiental hasta la década de 1970”.
Visualiza que “a partir de ese momento, la tardía incorporación de la modernidad, antropocentrista y eurocentrista, al amparo de los lineamientos urbanos de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM, impuso el patrón de tabla rasa sobre los centros históricos y periferias urbanas con el sentido de finitud del patrimonio edificado y del paisaje urbano e infinitud de los recursos naturales”.
“Llevando a grados extremos la limitada visión de los conquistadores del suelo americano que no valoraron los patrones de los pueblos originarios y vieron a la naturaleza como una otredad utilitaria e infinita”, cuestionó.
Palacios, realizó estas manifestaciones en la presentación de las 5° Jornadas de Ciudad y Sustentabilidad que con el lema “Equidad social y ambiental” se realizaron recientemente organizadas por el departamento de Arquitectura de la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la UNCA.
Destinadas a docentes, investigadores, alumnos, profesionales interesados y público en general, en modalidad virtual, se llevaron a cabo en adhesión a los 40 años de la creación de la mencionada unidad académica, teniendo como propuesta cimentar la construcción de nuevos o renovados paradigmas ambientales, impregnados de inclusión social y de biodiversidad para fomentar un desarrollo local equilibrado y equitativo.
Palacios manifestó que las jornadas “nos convocan a participar críticamente, tanto sobre los actuales lineamientos de la planificación urbana, la concepción edilicia y el paisaje, como de las nuevas propuestas integradoras que surgen a partir de las escuelas de pensamiento ambiental”.
En ese sentido, remarcó que “para afrontar los nuevos desafíos proyectuales apostamos a generar cambios estructurales en la enseñanza de la arquitectura, apelando a producir rupturas epistemológicas tradicionales”.
Finalmente, puso de relieve “el elenco de conferencistas de otras universidades de destacada trayectoria académica nacional e internacional, quienes aportan conceptos y ejemplos para el enriquecimiento del marco teórico”. Lo propio hizo con “la exposición de los trabajos de alumnos avanzados de la carrera, que permiten verificar en escala real los resultados de seis años de gestión bajo estos nuevos paradigmas de enseñanza de la arquitectura del ambiente”.